Los rulos de no Hide son unos snacks naturales y duraderos que harán las delicias de nuestros perros. Enrollados a mano de forma artesanal, ofrecerá un entretenimiento duradero proporcionando un ratito de masticación que les ayudará a limpiar dientes y a mantener las encías sanas y fuertes.
Cada rulo está elaborado con solo 6 ingredientes más una proteína que aportará un rico sabor, pudiendo elegir entre pollo, ternera o salmón.
Es importante que tengamos en cuenta la dureza alta de estos snacks para evitar posibles frustraciones en nuestros peludos.
Están libre de químicos y son muy fáciles de digerir, perfectos para perros con problemas de estómago que lo tengan muy sensible. Este formato es gordito pero corto de tamaño, por lo que es ideal para perros más peques. Para los grandes es mejor coger la talla mediana del mismo snack.
Formato: 1 unidad (34 gramos aprox)
Tamaño: 10x3cm aprox
Sabores e ingredientes:
Pollo
Ingredientes: Pollo, harina de arroz integral, Agar-Agar (gelatina vegetal), huevos ecológicos, aceite de oliva, plátano en polvo, bromelina (piña).
Análisis nutricional: Proteína bruta 51% Mínimo Grasa bruta 2% Mínimo Fibra bruta 2% Máximo Humedad 14% Máxima
Salmón
Ingredientes: Salmón, harina de arroz integral, Agar-Agar (gelatina vegetal), huevos ecológicos, aceite de oliva, plátano en polvo, bromelina (piña).
Análisis nutricional: Proteína bruta 55% Mínimo Grasa bruta 5% Mínimo Fibra bruta 2% Máximo Humedad 17% Máxima
Ternera
Ingredientes: Ternera, harina de arroz integral, Agar-Agar (gelatina vegetal), huevos ecológicos, aceite de oliva, plátano en polvo, bromelina (piña).
Análisis nutricional: Proteína bruta 65% Mínimo Grasa bruta 3% Mínimo Fibra bruta 2% Máximo Humedad 15% Máxima
IMPORTANTE: Recomendamos siempre dar todos los snacks bajo supervisión
Conservación: para garantizar frescura y sabor, los snacks naturales deshidratados deberán guardarse en envases herméticos bien cerrados, preferiblemente de vidrio aunque también podemos emplear el plástico u otro material. Los dejaremos en lugares frescos y secos, sin humedad ni altas temperaturas. Podríamos meterlos en la nevera o incluso congelarlos si vamos a tardar en consumirlos.